La segunda etapa de la 56ª edición de La Solitaire du Figaro Paprec, esa odisea de 486 millas desde la bahía de Morlaix hasta la ría olívica, vivió ayer un capítulo de giros inesperados y agotamiento acumulado. A menos de 12 horas de la llegada prevista esta tarde, los 34 regatistas en solitario cruzaron la puerta obligatoria al largo del cabo Finisterre en un duelo que premió la audacia por encima de la constancia. Hugo Cardon (Sarth’Atlantique) y Charlotte Yven (Skipper Macif 2023), firmes en sus posiciones de cabeza, fueron los primeros en franquear la marca, pero el destino oceánico, caprichoso como siempre, les reservó un revés. Romain Bouillard (Décrochons la lune), oportunista y preciso, aceleró en el tramo final para arrebatar el liderato provisional.
La noche del jueves se convirtió en un laberinto de calmas y maniobras erráticas. A 50 millas de Vigo, según el último parte de la organización, con vientos que oscilan entre tres y cinco nudos y una dorsal anticiclónica que amenaza con prolongar el suspense. Esta recta final, con su mar plácido pero traicionero, redefine no solo la etapa, sino las aspiraciones para la clasificación general antes de la maratón decisiva de 612 millas hacia Saint-Vaast-la-Hougue.
Cardon roza la gloria por once segundos
El punto de inflexión llegó al amanecer del jueves, cuando la flota, fragmentada debido de estrategias opuestas, convergió hacia el cabo Finisterre. Hugo Cardon se impuso por apenas once segundos a Charlotte Yven, una victoria pírrica que duró lo que un suspiro. Tom Goron (Groupe Dubreuil), tercero a 33 minutos, y Alexis Loison (Groupe REEL), vencedor de la primera etapa y a hora y diez de distancia, completaron el pelotón de honor en ese bastión atlántico. La puerta obligatoria, un faro invisible en el horizonte, no fue el final de la historia, sino el prólogo de una contraofensiva.
Bouillard capitalizó un soplo de viento costero para tomar las riendas a las 7:00 horas. Oliver Hill (Connected by Water), el patrón inglés en ascenso, le pisa los talones en segunda posición, seguido por Paul Morvan (French Touch – Foricher). El grupo costero, beneficiado por una presión ligeramente superior, avanza un nudo más rápido que sus rivales occidentales. Con la flota condensada en apenas tres millas, la batalla se libra ahora en detalles: un ajuste de vela, un giro oportuno o un respiro robado al sueño.
Mentalidad al límite en la radio matutina
Las sesiones de radio de la mañana del viernes mostraron la fatiga acumulada de los patrones. Tom Goron, con la voz entrecortada por dos noches de insomnio, confesó: «Intenté un término medio, pero parece que funciona mejor al largo. Tras maniobras en la calma, empiezo a notar el tirón. Veremos si los primeros cruzan la línea intermedia o si navegamos hasta Vigo». Thomas de Dinechin (Almond for Pure Ocean) describió una noche de tensión: «Ha sido complicada, con muchas maniobras. Me siento confiado».
Arno Biston (Article.1), en el meollo del grupo, capturó la esencia de la Solitaire: «Ahora estamos en grupo, con todos en tres millas. No sabemos a qué salsa nos comerán. Intento sacar mi parte, pero las trayectorias son sorprendentes. Es una etapa donde lo mental lo es todo; siento que me estoy perdiendo algo en la meteo». Estas confesiones, entrecortadas y humanas, subrayan cómo, en esta regata mítica, la victoria no reside solo en la velocidad, sino en la capacidad de gestionar el agotamiento y la incertidumbre.
Calmas persistentes y un fin de semana incierto
El boletín de Météo Consult para este viernes pinta un panorama de transición: un frente frío avanza a mediodía por el Atlántico a la longitud 15°W, con un flujo sur moderado por delante. La dorsal anticiclónica se evapora lentamente hacia el este a lo largo de las costas españolas, permitiendo un respiro relativo. Sin embargo, el sábado trae complicaciones: el frente recalará en Vigo por la mañana, instalando un viento oeste inestable e incierto. El domingo, un flujo noroeste irregular se impondrá en Galicia, atrapado entre un anticiclón atlántico potente y una depresión que se extiende del golfo de Gascuña al Mediterráneo.
Estas previsiones, que podrían dilatar las llegadas vespertinas, han llevado a la dirección de regata a contemplar un plan B: validar los tiempos del paso por Finisterre como resultado final si las calmas se agravan. No obstante, los modelos actuales auguran que la flota completará el tramo hasta Vigo, donde el village de Portocultura y los Jardines del Cable aguardan con un programa de actividades que transforma la ciudad en capital de la vela del 18 al 21 de septiembre.
Vigo, faro de llegada en un otoño de velas
Mientras los Figaro 3 viran hacia el sur, paralelos a la costa gallega, Vigo se erige como refugio y escenario. La llegada esta tarde, con sus historias de superación y cálculo milimétrico. Desde ayer, jueves 18, hasta el domingo, talleres, conciertos y gastronomía invitarán a la ciudadanía a confraternizar con los patrones. El broche será la gran salida hacia Normandía, con el puente de Rande y las Cíes como guardianes de un Atlántico que, ayer, demostró una vez más su soberanía.