Durante las últimas semanas, no pocos usuarios de la AP-9 de los que acostumbran a pasar por los túneles de A Madroa han recibido en sus buzones advertencias de la Dirección General de Tráfico. Se trata de unas cartas redactadas con mucha educación en las que se les dice a los conductores que han sido pillados circulando a más velocidad de la debida.
El encargado de detectar esos excesos de velocidad es un radar de tramo, es decir, uno de esos radares que calculan la velocidad media de un vehículo entre dos puntos dados, de modo que el conductor no pueda recurrir al viejo truco de frenar de golpe cuando sabe que va a pasar delante de él.
Ese radar está ubicado entre los puntos kilométricos 155,22 y 158,98 de la autopista. Es decir, se trata de un tramo de 3,5 kilómetros en el que más vale respetar la velocidad permitida para evitar la consabida ‘receta’ de la Guardia Civil: cien euros, un gasto de los que en verdad duelen, y mucho.
El radar fue instalado hace un mes, aproximadamente, y de momento, muy a pesar de las cartas, su presencia es testimonial, y nunca mejor dicho. Está tomando nota de quién corre más de la cuenta para hacerle llegar advertencias, y no multas.
Pero mucho ojo porque esto de entender al radar como un ser inofensivo, casi como ese amigo paciente que te reconviene una y otra vez para que evites tomar el mal camino, tiene los días contados. Si el radar te pilla a partir del jueves pisándole duro, a tu buzón no llegará una carta amable y afectuosa, sino una multa en toda regla.
Ahora bien, ¿cuál es la velocidad máxima a la que podrás circular por ese pedazo de asfalto que con tanto celo vigila el radar de tramo? Pues eso no está del todo claro.
Según las cartas que la DGT está enviando a los veloces, 100 kilómetros por hora es la velocidad máxima a lo que se puede circular por ese tramo. Sucede que cien metros antes del segundo del segundo punto de control en sentido aeropuerto de Peinador hay una señal que indica a los conductores que no pueden pasar de 120 kilómetros por hora, en lugar de 100.
Lo normal; lo deseable también, sería que se eliminase esta confusión antes del jueves, pero ante la perspectiva de que esto no vaya a ser así, y de que las señales sigan para entonces siendo las mismas, la consigna es clara: sal con tiempo de casa y no superes los cien kilómetros por hora.