El aeropuerto de Vigo compite con el de Santiago de Compostela, con el de A Coruña y con el de Oporto. Con independencia de la controversia sobre la existencia de tres aeropuertos gallegos, dos de ellos a menos de sesenta kilómetros de distancia –Alvedro y Lavacolla–, la competencia entre ellos no es nada fácil, sobre todo, por las inyecciones económicas que favorecen determinados enlaces aéreos. En el caso de Peinador, se trata de cantidades que salen del presupuesto municipal del Concello de Vigo, mientras que los demás aeropuertos gallegos tienen otras fuentes beneficiarias, siquiera opacas. Es obvio que Peinador no puede competir en este momento con la dimensión de Sá Carneiro, con enlaces aéreos a todo el mundo. Sin embargo, sí puede competir con los gallegos y ser, además, una alternativa en el sur de Galicia frente al de Oporto para algunos destinos, aunque el coste de las subvenciones resulta muy elevado y el negocio de las compañías está muy claro: si no hay subvención, no hay enlace aéreo. En este sentido, la compañía Ryanair, que enlaza Vigo con Londres, ha anunciado el cese del servicio en los próximos meses. Sería muy interesante poderlo recuperar e incluso poder incorporar algún enlace con las ciudades francesas de Paris o Nantes, además de otros destinos peninsulares, insulares y europeos. Sólo queda esperar que las negociaciones lleguen a buen término y que Peinador, siquiera, consiga mantener el nivel de oferta que le corresponde.