Los locales comerciales de la ciudad de Vigo, igual que en otras grandes ciudades, se están transformando. Muchos locales comerciales van quedando vacíos, quizá porque los alquileres se vuelven desorbitados y el negocio deja de ser rentable, o quizá porque el mercado va sufriendo variaciones y lo que antaño se vendía ahora ya no lo quiere nadie. Sea como fuere, muchos locales van quedando vacíos y en algunas calles ya resulta mucho más fácil contar los locales activos que los vacíos. Así las cosas, y con la crisis de la vivienda, tanto por su elevado precio como por la carencia, algunos de esos locales se van transformando en viviendas a pie de calle, y donde hasta hace unos años había una mercería o una librería ahora hay unos habitáculos con dormitorios, salón, cocina y baño.
No cabe echarle la culpa a nadie de todo esto, pero la modernidad y la globalización tienen algo que ver porque ahora es más cómodo comprar en las plataformas de internet o realizar los pedidos a través de las empresas de reparto, esas que ahora llaman “deliverys” en una clara demostración de ignorancia de la riqueza del idioma español. Lo cierto es que la comercialización de los productos está experimentando una rápida transformación que afecta a los locales comerciales. Ahora, lo más importante de un negocio no es tener un escaparate físico, sino virtual para verlo a través del ordenador, de la tableta o del teléfono, además de una buena cadena de distribución. Por eso, la mayor rentabilidad de los locales ya no son las sucursales bancarias y los comercios de marca, sino las viviendas a pie de calle, un tipo de viviendas que ya no serán exclusivas de las barriadas y que, por cierto, tampoco serán baratas.