Las calles de la ciudad de Vigo, como el de muchas otras poblaciones españolas, han sufrido una profunda transformación al cabo de los años y se han convertido en gimnasios abiertos para todas las edades y a todas horas, haga sol, llueva, haga frío o calor. En algunas plazas y parques se practica pilates, yoga, Tai Chi… En las calles se practica el running, el ciclismo, el parkour, etc. Y nadie se inmuta. Todo el mundo se ha acostumbrado y lo ve con naturalidad, sin que sea absolutamente necesario acudir a las instalaciones de un gimnasio al uso, aunque esto facilita el desarrollo de muchas disciplinas deportivas. Lo más curioso es que todo esto ocurre sin límite de edad, dejando claro que hay deportes para todas las edades, para todos los gustos y necesidades. En la fotografía, tomada en una céntrica calle de la ciudad olívica, puede observarse a un hombre de avanzada edad que camina haciendo ejercicios con una mancuerna en cada mano, con toda naturalidad, con espíritu deportivo, y eso sí que tiene mucho mérito.