El superyate Ocean Dreamwalker III, una joya náutica valorada en 27,5 millones de euros, hacia su entrada en la Marina Dávila ayer, 13 de junio, consolidando a la ciudad como un destino de élite para yates de lujo y cruceros internacionales. Construido en 2018 por el prestigioso astillero italiano Sanlorenzo, este coloso de 47 metros combina exploración global con una opulencia sin igual, destacando por su helipuerto, piscina climatizada y capacidad para llevar un submarino.
Un pionero de la exploración de lujo
El Ocean Dreamwalker III no es un yate cualquiera: es el primer modelo de la serie 500EXP de Sanlorenzo, una evolución del 460EXP que redefine los estándares de los yates exploradores. Diseñado por el aclamado Francesco Paszkowski, este superyate de 47 metros combina la robustez de un casco de acero con la elegancia de una superestructura de aluminio, permitiendo travesías transoceánicas con un alcance de 4.000 millas náuticas a 11 nudos. Su propietario, el empresario chino-estadounidense Ming Hsieh, fundador de sistemas de identificación biométrica, encargó una embarcación capaz de llegar a los rincones más remotos del planeta sin renunciar al confort.
Lanzado en 2018, el yate marcó dos hitos para Sanlorenzo: ser el primero de la serie 500EXP y el primero en incorporar un helipuerto en la cubierta de popa, equipado con un helicóptero Airbus AS350B3e personalizado, bautizado Sky Dreamwalker VI. Esta característica, única en su clase, permite a los huéspedes trasladarse rápidamente a aeropuertos, campos de golf o destinos exclusivos, elevando la experiencia de navegación a un nivel sin precedentes.
Un palacio flotante
El Ocean Dreamwalker III es un testimonio de opulencia y funcionalidad. Con capacidad para 10 huéspedes en cinco camarotes lujosos y una tripulación de nueve miembros, el yate ofrece una experiencia íntima pero sofisticada. El camarote principal, con balcones automáticos y vistas panorámicas, es un refugio de serenidad, mientras que los interiores, diseñados con mármol, teca y materiales naturales, envuelven a los ocupantes en un ambiente de modernidad y calidez.
Entre sus amenidades destacan una piscina climatizada con fondo de cristal, un jacuzzi en la cubierta superior y un sky lounge ideal para cenas al aire libre con vistas al océano. Para los amantes de la aventura, el yate cuenta con un garaje interior que alberga un tender de siete metros, dos motos acuáticas, tres seabobs y equipo de pesca para capturar salmón en Alaska. Su joya más singular es una grúa oculta que permite desplegar un submarino para tres personas, ofreciendo exploraciones submarinas en destinos como el Caribe o el Pacífico Sur. “Nada es imposible para el Ocean Dreamwalker III”, proclama Sanlorenzo, y sus características lo confirman.
La cubierta de popa, ampliada para el helipuerto, también sirve como plataforma para juguetes acuáticos, desde tablas de paddle hasta veleros. El beach club en la cubierta inferior, con bar y acceso directo al mar, invita a relajarse junto al agua, mientras que los sistemas de alta tecnología, como el aire acondicionado y un avanzado equipo de sonido, garantizan el confort en cualquier clima. Cada detalle, desde los muebles de diseño hasta las barandillas de teca, refleja la filosofía de Sanlorenzo: crear yates a medida, como un traje bespoke.
Un yate probado en los mares del mundo
Desde su entrega en 2018, el Ocean Dreamwalker III ha demostrado su versatilidad completando una vuelta al mundo, navegando desde el Mediterráneo hasta los confines del Pacífico. Su velocidad máxima de 15 nudos, impulsada por dos motores Caterpillar, y su eficiencia en crucero a 13 nudos lo convierten en un explorador confiable. Su diseño robusto, con un calado de 2,75 metros y una manga de 9,6 metros, le permite acceder a destinos remotos, desde fiordos noruegos hasta atolones polinesios, sin comprometer la seguridad ni el lujo.
Actualmente en venta por 27,5 millones de euros a través de Simpson Marine, el yate representa una oportunidad única para adquirir un modelo probado sin esperar hasta 2029, fecha estimada para la próxima entrega de un 500EXP nuevo. Su presencia en Vigo, tras haber sido avistado en puertos como Hull (2019) y Grimsby, subraya su carácter itinerante y su capacidad para atraer miradas en cualquier marina del mundo.
Sanlorenzo, la excelencia italiana en la construcción de superyates a medida
El astillero italiano Sanlorenzo, fundado en 1958, se erige como un referente mundial en la construcción de yates y superyates de lujo, combinando artesanía, innovación y personalización extrema. Desde su sede en Ameglia, a orillas del río Magra en Liguria, hasta sus instalaciones en Viareggio, Massa y La Spezia, Sanlorenzo ha creado más de 1.000 yates únicos, cada uno diseñado como una obra de arte a medida para satisfacer los deseos de sus exigentes propietarios.
Sanlorenzo nació en 1958 de la visión de Gianfranco Cecchi y Giuliano Pecchia, quienes iniciaron su aventura en un pequeño cobertizo en Viareggio, cuna histórica de la náutica italiana. En 1972, Giovanni Jannetti adquirió el astillero, elevando la calidad y robustez de sus embarcaciones con el lanzamiento del primer yate de fibra de vidrio en 1985. Sin embargo, fue en 2005, bajo el liderazgo de Massimo Perotti, cuando Sanlorenzo experimentó un crecimiento exponencial, pasando de unos ingresos de 40 millones de euros en 2004 a 457,7 millones en 2020.
Hoy, Sanlorenzo ocupa el tercer puesto mundial entre los astilleros que producen yates de más de 24 metros, según el ranking Global Order Book de Boat International. Con cuatro plantas de producción (Ameglia para yates medianos, Viareggio para fibra de vidrio, Massa para investigación y La Spezia para superyates), el astillero construye solo 50 yates al año, priorizando la exclusividad y la personalización.
Vigo, un imán para el lujo náutico
La llegada del Ocean Dreamwalker III a Marina Dávila refuerza la posición de Vigo como un puerto de escala de primer orden para yates de lujo y cruceros. Su presencia, con su helipuerto y su aura de exclusividad, eleva el prestigio de ciudad, que ya acoge de manera habitual a cruceros de compañías como Viking o Silversea y a yates privados de multimillonarios.
La ría, protegida por las Islas Cíes y hogar de eventos como la 52 Super Series, ofrece condiciones ideales para la navegación, con aguas tranquilas y paisajes que rivalizan con los del Mediterráneo. La combinación de yates de lujo como el Ocean Dreamwalker III y competiciones internacionales posiciona a Vigo como un hub náutico que une deporte, turismo y exclusividad.
El Ocean Dreamwalker III, con su diseño innovador y sus lujos incomparables, no es solo un yate: es un símbolo de ambición y excelencia. Su presencia en la Marina Dávila invita a imaginar las historias que se tejen a bordo, desde cenas bajo las estrellas hasta inmersiones en arrecifes remotos. Para los vigueses, es una oportunidad para admirar de cerca una obra maestra náutica y soñar con las posibilidades que ofrece la ría.