La hostelería de Vigo está a la espera de la Navidad de Vigo, con sus miles de luces y colores. En esas fechas, la cantidad de visitantes a la ciudad olívica constituye una cifra tan descomunal que incluso provoca incomodidades y pone en entredicho cuestiones de seguridad urbana. Sin embargo, una de las partes positivas de la Navidad de Vigo es la caja que hacen muchos de los negocios hosteleros, una caja que casi les compensa para el resto del año, además de generar mucho trabajo en el sector.
Pero lo cierto es que eso no les ocurre a todos los negocios hosteleros. Las zonas periféricas del centro de la ciudad quedan fuera de la fiesta, sin obtener prácticamente ningún beneficio extra. No estaría de más que el Concello arbitrara algún tipo de compensación para equilibrar, siquiera un poco, esos beneficios, porque la tarta da para todos y el extrarradio también paga impuestos.