Los transeúntes que este domingo paseaban por A Laxe –o incluso por O Castro- podían recrearse a simple vista admirando los 125 metros de eslora del ‘Maryah’, que llamó la atención tanto desde cerca como desde lo alto del monte vigués. Su proa incluso asomaba desde lo alto de algunos edificios de Coia o Bouzas.
Si por fuera ya generaba cierta envidia, por dentro lo haría todavía más. Una gran discoteca, un spa totalmente equipado, una sala de ordenadores, un gimnasio, una barra de sushi, un cine, un centro de negocios o un enorme cenador privado son algunos de los ingredientes que convierten en especial a este yate, con capacidad para 54 huéspedes.
Además de sus dotaciones o su amplitud, también su dueño le proporciona un toque distinguido. Se trata de Sheikh Tahnoon ben Zayed Al Nahyan, hermano del emir de Abu Dhabi e hijo de Sheikh Zayed bin Sultan Al Nahyan, uno de los fundadores de los Emiratos Árabes Unidos. Todos ellos poseen grandes fortunas y propiedades. Se calcula que este ‘mini crucero’ tiene un valor de 227 millones de euros.
Según cuenta el portal especializado Super Yacht Fan, Sheikh Tahnoon le puso a su embarcación el nombre de la isla Al Maryah, que posee cerca de Abu Dhabi. No obstante, este yate no fue siempre tan ostentoso como lo es hoy en día. Su construcción se remonta a 1990 y fue el austero Gobierno ruso quien lo mandó armar en Polonia, bajo el nombre de ‘Czar’, para añadirlo a su flota como buque de investigación.
Sin embargo, esta década fue adquirido por Sheikh Tanoon, que lo llevó a Grecia para que transformarlo radicalmente y añadirle todo tipo de suntuosidades. En los astilleros completó un proceso de cinco años de reconstrucción para ser entregado en 2014. Desde entonces se le puede ver por los puertos más exclusivos del mundo, como Montecarlo o Cannes.
El ‘Maryah’ arribó a Vigo este sábado a las 19.30 horas procedente de Gibraltar y aquí permanecerá hasta que las condiciones climatológicas le permitan retomar su rumbo hacia Holanda, donde se someterá a unas labores de mantenimiento.
