Según ha informado este viernes el cuerpo municipal, los hechos se produjeron a las 13.15 horas, cuando el 092 recibió la llamada del conductor profesional pidiendo ayuda porque un ciudadano que había requerido su servicio para que lo llevase a Urgencias se había desvanecido al acceder al automóvil. Según indicaba, el hombre presentaba una notable palidez.
Así, el taxista pidió el apoyo de una patrulla para trasladar al cliente al hospital y la Policía Local movilizó hasta el lugar a la dotación más próxima. La unidad prestó apoyo de acompañamiento ante lo que parecía un infarto.
Uno de los agentes se subió al coche para atender al usuario en caso de que se produjese una parada cardiorrespiratoria, mientras el otro, con el vehículo rotulado, “iba abriendo camino en servicio prioritario de urgencia”.
Una vez en el hospital, esta persona quedó ingresada. Con todo, finalmente los médicos comprobaron que se trataba de un caso de mareos a los que se sumó una crisis de ansiedad. Todo un susto que, dentro de lo malo, se saldó con un final feliz.