Mouriño ha avisado de que la grada que se va a reformar tiene 4.968 asientos -4.510 de ellos pertenecientes a socios- y que desconocen a partir de qué fecha tendrán que proceder a recolocar a la gente en otras bancadas del estadio. “No tenemos la menor idea de lo que se va a hacer con Balaídos, no tenemos ninguna información concreta”, ha declarado el mandatario céltico.
El presidente considera que la operación será complicada, pero no sólo para la entidad sino también para los socios, a los que no puede garantizar que sigan juntos en otros puntos del campo. “La reubicación va a ser tremenda y ahora cuando salga la campaña de abonados –la próxima semana- los socios tienen que saber que desconocemos cuándo habrá que reubicarlos y que no podrán estar sentados por peñas ni por grupos sino en función de los asientos que vayan quedando libres en las gradas”, ha explicado. Además, cuando se efectúe la recolocación habrá que facilitar un carnet nuevo a los afectados.
Todo esto se verá agravado por la pérdida, según Mouriño, de unos 600 asientos en Río Bajo motivado por el cambio de las butacas. Ante todos los problemas que aprecia en la remodelación del estadio, el club ha contratado a “una de las mejores empresas del mundo” para que realice una auditoría y elabore una “valoración completa” del estadio para que “nos diga en qué condiciones está Balaídos”.