Los agentes le dieron el alto al vehículo al verle circulando en dirección opuesta a la establecida. Al dirigirse al piloto del automóvil, constataron que se encontraba “notablemente nervioso” y que presentaba indicios de ir borracho.
La prueba de alcoholemia arrojó un resultado positivo de 0,57 y 0,59 miligramos de alcohol por litro de aire espirado en las dos tomas efectuadas, rozando así el límite penal (0,60 mg/l).
Mientras se ponía la correspondiente multa, la base de datos de Tráfico alertó de que el hombre sólo disponía de licencia para conducir ciclomotores. Y, posteriormente, la consulta de los datos de la Policía Nacional confirmó que al individuo le constaba una orden de averiguación de domicilio y paradero emitida por el Juzgado de Instrucción número 8 de Vigo.
Así, los agentes dieron cuenta de ello a la autoridad judicial y tramitaron las correspondientes denuncias. Minutos después, una conocida que sí tenía el permiso de conducir se hizo cargo del vehículo.