El concejal de Seguridad, Carlos López Font, ha insistido en que la postura del Ayuntamiento es inamovible y pasa por cumplir el pliego de condiciones, que contempla el mantenimiento de los 40 puestos de trabajo existentes en el contrato anterior.
Si no lo hace, “analizaremos el grado de incumplimiento” del actual contrato, que ha entrado en vigor este año, y se llegará, “si jurídicamente corresponde”, a la rescisión de la concesión, un “extremo máximo” que el Concello prefiere evitar pero con el que ya amenazó este martes y sigue amenazando a día de hoy.
No obstante, la empresa argumenta principalmente que los despidos se producen porque el pliego de condiciones recoge un ratio de un vigilante por cada 150 plazas y con 32 controladores en lugar de 40 cumplirían sobradamente con esa exigencia, ya que el número de aparcamientos que hay que vigilar asciende a 2.132, 718 menos que en el anterior contrato, que data de 2007.
Así pues, ambas partes deberán acercar posturas este jueves aunque el gobierno local tiene claro, al menos a jugar por las declaraciones de López Font, que no es un asunto en el que quepan muchas negociaciones puesto que hay un pliego de condiciones que se debe cumplir.
Los trabajadores del servicio de la zona azul y los partidos de la oposición ya advirtieron en su momento que la rebaja del 30 por ciento en el importe de la licitación del nuevo contrato traería consecuencias negativas para los empleados de Dornier.