«Nos estamos volviendo unos señoritos», asegura Bele Dios, de Carcamáns, la peña más numerosa con la que cuenta el Celta. «Hay que tener calma y saber de dónde venimos», añade este peñista, que cree que las palabras de Mallo «quizá sirvan para que la gente abra los ojos. Estaba caliente y explotó así. Puede que ayer todos hayamos pecado un poco».
Por su parte, Dani Iglesias, de la Peña Natxo Insa, apoya totalmente al capitán. «Dijo verdades como puños. Ya está bien. Espero que sirva para que la gente se avergüence. Silbar no nos va ayudar», asegura.
Javi Vaz, de Centolos, también señala que «nunca he pitado y nunca pitaré. Somos lo que somos. Estar décimos no es una mala noticia». Eso sí, este peñista cree que la reacción de Mallo fue «exagerada». «El público es soberano. Aunque yo no pito, defiendo el derecho a pitar. Entiendo que al futbolista no le gusten los pitos, pero el público es soberano. Lo correcto es que Hugo hubiese pedido unión y hubiera dicho que nos necesitan», explica.
El que no le pone ningún pero a las palabras de Hugo Mallo es Amador Domínguez, de la Peña Jorge Otero, que se muestra muy enfadado por lo sucedido este domingo. «Somos una afición muy sufridora, pero nos hemos vuelto muy señoritos», dice y añade que «a veces somos muy hipócritas. Me parece fatal que algunos piten a nuestros jugadores y luego se levanten a aplaudir a futbolistas que llevan otra camiseta».
Miguel Barja, de Merlegos, cree que los silbidos son contraproducentes e inexplicables. «Nunca se debe pitar a nadie. Estos es un espectáculo, pero es un espectáculo que forma parte de nosotros. Es como pitarnos a nosotros mismos», señala. Respecto a las palabras de Mallo, considera que «tiene bastante razón, pero tal vez lo debería haber dicho de otra manera. Aunque suena más fuerte de lo que realmente es».
Pesimismo en torno a Unzué
Juan Carlos Unzué ha sido diana de duras críticas en las últimas semanas a pesar de que el Celta cuenta con opciones reales de entrar en la Liga Europa a falta de nueve jornadas para el final de la temporada. Los peñistas no entienden el clima de pesimismo en torno al equipo y a la labor del entrenador y recuerdan que con Berizzo los comienzos también fueron complicados.
«Creo que se sobrevaloró demasiado a Berizzo y a Unzué hay que darle tiempo como se le dio al propio Berizzo. Además, tengo la impresión de que hemos olvidado el pasado y ya nos creemos un equipo grande. Estar en Primera ya es un premio enorme», apunta Miguel Barja.
Amador Domínguez, por su parte, cree que los análisis hay que hacerlos «cuando acabe su carrera en el Celta. Ahora es el momento de estar a muerte con el equipo. Y cuando el equipo está en una situación mala, más lo apoyaré. Tenemos que acordarnos del espíritu del 4%. Ahora parece que tenemos que ganar la Liga«.
Javi Vaz cree que «el ambiente es muy raro. Da la impresión de que nos hemos vuelto demasiado exigentes», aunque admite que «en el equipo se está viendo una falta de empuje que el año pasado sí que teníamos».
Sobre las comparaciones entre Unzué y Berizzo, Dani Iglesias tiene claro que el navarro siempre saldrá perdiendo a pesar de los méritos que haga. «A Unzué ya lo querían matar el primer mes. Tengo claro que tras Berizzo los 20 próximos entrenadores nos van a parecer malísimos, incluso si el propio Berizzo es uno de ellos», comenta. Bele Dios, en este sentido, señala que «percibo demasiado nerviosismo. Lo que pido es paciencia».
Por último, los peñistas se han mostrado críticos con el club al no colaborar con el recibimiento al equipo que tenían preparado para los prolegómenos del Celta-Málaga de este domingo. Denuncian que el autobús que transportaba a los jugadores llegó a Balaídos antes de la hora prevista, que era a la que estaban citados los aficionados, y que circuló con demasiada velocidad, impidiendo así que los aficionados jalearan a sus futbolistas.