Nada más concluir el partido todos los jugadores y el público celebraron la ajustada victoria ante el cuadro andaluz. Se sucedieron los apretones de manos y los abrazos habituales. Como siempre, la plantilla se agrupó en el centro del terreno de juego para festejar el triunfo con la afición, aplaudiendo a la grada y recibiendo la respuesta de los seguidores celestes. Entre esos futbolistas faltaba uno, faltaba Emre Mor.
Y es que el atacante celeste había atravesado ya el túnel de vestuarios. Fue terminar el encuentro y poner rumbo a la salida. Solo, mientras sus compañeros se reunían en torno al círculo central y se esperaban mutuamente para dedicar los tres puntos al público, caminaba directo sin pararse con sus colegas de vestuario ni celebrar la victoria con ellos. Unos segundos después ya había desaparecido de la vista de todos.
Probablemente Mor estaba contrariado por su escasa participación y por el rol que está teniendo esta temporada. A pesar de haber costado 14 millones, Juan Carlos Unzué no se está dejando llevar por el precio de su fichaje y considera que no está haciendo méritos suficientes para hacerse un hueco en el once o salir antes desde el banquillo.