Las indagaciones realizadas llevaron a la patrulla hasta la casa donde se habían producido los hechos, justo en el momento en el que sus propietarios se marchaban en un vehículo, que fue interceptado.
Al inspeccionar el automóvil, la Guardia Civil encontró una bolsa de plástico con el gato muerto debajo del asiento del conductor que iba ocupado por la mujer.
En sus explicaciones, los dos admitieron que habían sacrificado al animal, justificando que lo habían hecho porque les estaba matando los conejos que tenían en una jaula con mallas metálicas.
Ante las evidencias obtenidas y los hechos comprobados, se les notificó a los dos su condición de investigados como supuestos autores de un delito de maltrato animal.
La incidencia derivó además en la investigación del marido como supuesto autor de otro delito, en este caso de cohecho, porque al percatarse de la gravedad de los hechos que habían cometido, intentó sobornar a los dos componentes de la patrulla para que accedieran a deshacerse del animal muerto y dejar sin efecto sus investigaciones penales.
Las diligencias instruidas se entregaron en el Juzgado de Instrucción de guardia de Tui, donde deberán comparecer los acusados cuando sean citados.