Los hechos, según informó la Comisaría este lunes, sucedieron a las 23:45 horas de este domingo en Vigo, cuando se recibió una llamada de una mujer desde el 112 a la Sala Operativa del 091 alertando de que un hombre intentaba arrojarse al vacío desde la terraza de su vivienda.
La sala envió a dos patrullas al lugar y al llegar al portal indicado observaron una persona totalmente descolgada en la parte exterior de la barandilla de piedra de la terraza de un quinto piso, desde donde se escuchaban gritos pidiendo auxilio.
Los agentes llamaron a todos los timbres del interfono del edificio insistentemente, para que algún residente en el edificio pudiera facilitar la entrada. Una vez que un vecino les abrió la puerta y para no perder más tiempo, los cuatro agentes subieron a la carrera por las escaleras hasta el quinto piso.
Ya en el rellano, una mujer gritando y muy nerviosa les pidió ayuda a los agentes, conduciéndolos hacia la terraza. Allí observaron a un amigo de la victima sujetándolo por debajo de las axilas y ya en situación muy extrema.
Los agentes viendo que la situación era límite, por lo que inmediatamente se abalanzaron y sujetaron cada uno de un brazo a la víctima, mientras un tercer agente desde una ventana próxima empujaba hacia arriba a la víctima para devolverlo a la terraza.
«Debido a la gran corpulencia de la víctima y su estado atlético, la operación fue peligrosa para todos, y compleja por la negativa de la victima a dejarse ayudar. El cuarto agente solicitó más presencia policial, bomberos y servicios sanitarios, viendo la resistencia de la víctima, y temiendo que no pudieran ser capaces de subirlo hasta la terraza, por lo que se incorporó un cuarto agente a las labores de rescate», explica la Comisaría en un comunicado.
Finalmente, entre los cinco consiguieron subirlo hasta la terraza, donde la víctima se produjo varias laceraciones en las piernas por su negativa a dejarse ayudar.
Ya en la terraza, ante el estado agresivo que se encontraba, los agentes se vieron obligados a emplearse a fondo para reducir al hombre, teniendo incluso que esposarlo para evitar daños mayores mientras no llegaban los servicios sanitarios.
Los servicios de urgencias le aplicaron un calmante, pero resultó complejo aun así poder controlar su agresividad, dificultando la entrada en la ambulancia, motivo por el que a petición de los sanitarios, varios agentes acompañaron a estos dentro del vehículo medicalizado, para evitar posibles brotes violentos antes de llegar al hospital a donde fue trasladado y donde quedó ingresado.