El aviso indicaba que dos chicas menores de edad estaban siguiendo al presunto autor de los hechos. A la llegada de los agentes, las dos jóvenes les informaron de que minutos antes se encontraban por la zona y de repente escucharon unos gritos de auxilio de una mujer que al parecer había sufrido la sustracción de su bolso.
Ellas pudieron ver que un hombre huía del lugar, lo siguieron y pudieron facilitar las características del individuo y la ropa que vestía. Los policías recorrieron los alrededores y localizaron en una calle limítrofe al presunto culpable, que portaba una bolsa en cuyo interior fue hallado el bolso supuestamente sustraído poco antes.
El autor fue reconocido por la víctima, que declaró se encontraba con su madre en la calle y que el arrestado se le aproximó, le preguntó por unas instalaciones comerciales y de repente le arrebató el bolso escapando del lugar. Tras ser recuperado por los agentes y revisarlo, la víctima no echó en falta ni dinero ni documentación.
La mujer se encontraba muy afectada por el suceso -presentaba un cuadro de agitación y angustia- y llegó a sufrir un desmayo. Fue asistida por efectivos del 061 que la trasladaron a un centro asistencial aquejada de un ataque de ansiedad.