Los españoles castigaron el eterno bipartidismo y los dos grandes partidos tradicionales de la política nacional sufrieron un importante retroceso. El PP bajó desde los 186 diputados que encumbraron a Mariano Rajoy en 2011 a los 122 (con el 98% del escrutinio) en 2015, mientras que el PSOE perdió 19 escaños, desde los 110 de 2011 a los 91 de 2015.
Si hay un teórico vencedor, ese podría ser Podemos, pero Pablo Iglesias también se quedó lejos de convertirse en la segunda fuerza, lo que le daría poder para convertirse en presidente, y su anunciada “remontada” se quedó a medias al quedarse en los 69 diputados.
Una situación similar, aunque con un resultado peor, es el de Ciudadanos y Albert Rivera. Las encuestas apuntaban mucho más de lo que finalmente alcanzó. En cualquier caso, sus 40 diputados le dan un poderoso grupo parlamentario que podría inclinar la balanza a la hora de nombrar al nuevo inquilino de La Moncloa.
Sale reforzado claramente Esquerra Republicana de Catalunya, que pasa de 3 a 9 escaños, mientras que el PNV sube de 5 a 6 y Bildu baja de 7 a 2. También pierde un diputado Coalición Canaria.
Con este panorama, queda todo a expensas de los pactos a los que puedan alcanzar las diferentes fuerzas. Ahora, todo es posible y el “pactómetro” echaba humo la noche de este domingo. Cualquier cosa puede ocurrir, los españoles tendrán que esperar.