Con gritos de «non a privatización» y «privatización, corrupción», la marcha partió minutos después de las once de la mañana desde la Praza de América para descender por la Avenida de Castrelos y subir por Clara Campoamor hasta el Álvaro Cunqueiro.
Nadie esperaba que se repitiese la respuesta de la manifestación del 3 de septiembre, pero los organizadores sí creían que la marcha convocada para este 15 de noviembre alcanzase una cifra superior a la de otras ocasiones.
La concentración en el Concello de Vigo por los atentados de París y los rumores de suspensión de la marcha pudieron influir en la participación, según explicaban desde la junta de personal.
La marcha fue creciendo a su paso y vecinos de las parroquias de Castrelos, Beade y Valladares se fueron uniendo hasta alcanzar una cifra respetable.