Ya se puede quemar la mitad de la Galicia Sur que la conselleira del ramo no se inquieta, o que los tractores llenen las carreteras por el problema lácteo que la misma autoridad no pierde la calma.
Pero quien en buen ánimo se lleva la palma es nuestra Conselleira de Sanidade. La feliz señora Mosquera se para ante los periodistas que le inquieren sobre las goteras del nuevo hospital vigués y ella comienza a reírse por tratarse de un tema hilarante.
En otra ocasión le preguntan el porqué el traslado de los viejos hospitales al nuevo Alvaro Cunqueiro se está haciendo tan rematadamente mal y ella desencaja la mandíbula por el acceso de risa que le sobreviene.
Cuando los representantes de la prensa le comentan que los enfermos crónicos vigueses deban pagar más de cien euros al mes en el aparcamiento hospitalario, doña Rocío comienza a reír como si le hubieran contado el chiste más gracioso.
Desgraciadamente todas las preguntas surgen de un tema muy serio y es el intento del señor Feijóo por privatizar nuestra sanidad, lo cual maldita la gracia que le hace a la sociedad viguesa.
Deseo íntimamente comprobar cuando la citada señora tenga que dejar su cargo si la risa seguirá adornando su jet… perdón, su cara.
